Adriana
Este verano participé del encuentro de enero en Ongamira. Mi cuerpo y mi vida se dispusieron a volver a danzar desde entonces. Danzar la infancia y la adultez; las pérdidas y los hallazgos; los más insondables dolores y las inmensas alegrías que da el estar viva, amar y encontrarse con Otros y Otras,…
Estoy agradecida a mis compañeras de danza (dimos en juntarnos todas mujeres) en el valle y hoy, en la ciudad. Especialmente, agradezco a Marisa, nuestra maestra de danza y a Dan, ya que juntos dispusieron de ese lugar único por varios motivos. Un lugar que destila amor y entrega; por la delicadeza, el cuidado y la belleza del conjunto y de cada detalle.
Sobre el fuego, justamente, me inspiré para escribir un texto, recordando el encuentro en Ongamira. Si les gusta… se los regalo!.
Con amor, Adriana
Eso que puede ocurrir cuando las mujeres se juntan alrededor del fuego
Texto de Adriana Serulnikov (sobre la base del texto de una mujer uruguaya: Simone Seija Paseyro) e inspirado en un encuentro (inesperado) entre mujeres destinado a danzar mil y un ritmos, en el bellísimo Valle de Ongamira.
Desde siempre nos elegimos. Nos encontramos en los caminos de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan… y lo seguimos siendo. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos, esos cauces, tengo muy presente lo que de nosotros me atrae y cuánto de ese encuentro me da alas para disfrutar de otros encuentros con “ellos”.
Valientes, sensibles, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando, criándose a ellas mismas y a sus hombres pequeñitos y grandes. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna y disfrutadotas de canciones y películas de amor.
Cambiamos a través de los tiempos. Tiempos que siempre parecen ser difíciles. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos y odiamos. Fuimos y somos amadas. Aprendimos a decir “no” con dificultad y a entregarnos al “si” con alma y cuerpo. Nos hicimos lugar en un mundo de hombres, en las artes, las ciencias, los negocios, los trabajos sociales.
Cuidamos y en el mejor de los casos, nos dejamos cuidar. Buscamos y encontramos el modo de cuidarnos para no envejecer en lo inútil y para, al mismo tiempo, aceptar las marcas de la vida vivida. Algunas resistimos a convertirnos en objeto de consumo y de abusos variopintos. Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos, decidimos vivir solas, ser madres o no.
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza para seguir amando la vida. Bailamos con hombres para enamorarnos y desamorarnos. Danzamos con nuestras hijas e hijos para enseñarles a caminar y con ellos aprendimos a vivir y por ellos, además, a comprender que la muerte está ahí, esperándonos pacientemente.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo; noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor con pasión y cuando correspondió, también dimos batalla. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces… los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar. Miradas superpuestas con otras de abuelas y bisabuelas eternas. La mirada que nos dice que no importa qué edad tengamos porque se puede ser joven o vieja en cualquier momento de la vida, incluso en las pocas horas de un mismo día.
En ocasiones somos más sabias, más bellas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes que nuestros “hermanos” varones. Pero lo somos porque ellos están ahí y también logran sabiduría, belleza, plenitud y otras virtudes, porque nos tienen… y cuando hay encuentro de igual a igual, de singular a singular, lo masculino se alimenta y nutre, diferencia y funde con lo femenino; también, como en una poción mágica.
Cuando las mujeres se juntan alrededor de un fuego nacen fuerzas, crecen magias y arden brasas que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen… Las mujeres alrededor del fuego dan a luz, entierran y hacen el duelo, rezongan, se conduelen y se permiten emitir gritos y carcajadas que vienen resonando desde tiempos remotos y desconocidos.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las escapadas de vacaciones, el patio de un colegio, el galponcito que alojó los juegos de infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita, ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de otras.
Ese fuego puede también acontecer en aquellos días robados a nuestros líos cotidianos para encontrarnos a danzar, a trabajar nuestros temas, a recrear maravillas y otras cuestiones. Encuentros en el mar, en el río, o en las sierras o en un rincón escondido y a salvo de los desmadres de una ciudad. Días que nunca se borrarán de nuestra memoria. En los encuentros junto al fuego somos una y somos todas espejando unas en otras un pedacito del alma o el alma en pleno.
Porque eso que puede ocurrir cuando las mujeres se juntan alrededor del fuego, eso que deciden avivar con su presencia, es sin duda una gran fiesta, un aquelarre, constituye un misterio, crea poder verdadero frente a una luna llenísima y puede generar una tormenta necesaria. Eso es caos y es armonía.
Ojalá no perdamos nunca la oportunidad de danzar libremente entre mujeres nuestras penas y alegrías, grandezas y miserias,… Es emocionante vernos reflejadas en esa danza y en las danzas cotidianas. Ojalá logremos no dejar pasar nunca la ocasión de “un fuego” entre mujeres.
Es mi deseo danzado en palabras para todas las brasas (y las muchas abrazadas) de mi vida: las que arden en mi corazón desde hace tanto, y las que recién se suman a este fogón que es apenas chispa de otros fogones y de un fuego eterno. También es mi agradecimiento.
Adriana
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
“Con todo, el cuerpo.”
5 de mayo de 2010
Ximena
Avanza la danza en mi, fluye y me envuelve,
me encuentra y me honra y se me expande el alma en cada clase...
con todo lo que trae y me deja y se lleva y me limpia y me concientiza y me permite,
la entrega, el desenfreno, el amor y la luz y los remolinos y los torbellinos y la belleza y lo que no queda bien,
y lo que cuenta es lo que sale y eso vale,
lo que se expresa, lo que se tramita y se traduce en el cuerpo,
gran envase que es todo, todo lo que somos, nuestro cuerpo, nuestros ritmos y pasajes y paisajes y rincones,
nuestros cruces y sus choques, sus desvíos, amoríos y atajos, todo en uno,
el cuerpo, uno que es todo y forma parte y conecta partes de uno y del todo en uno...
¡¡¡Cuerpo, cuerpo, cuerpo, cuánto cuerpo cuánto, cuánto, cuántooooo!!!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vivencias de Los ritmos de la naturaleza 9,10 y 11 de Julio en Ongamira, Córdoba
Sofía G.
Hola, son las 7 am del lunes 12, recien llego de Ongamira, Salon Vip de Retiro, atrae quedarse un rato mas acá, no sabia que existia este lugar, gracias a una copañera de este encuentro-taller- a la que ya siento como mi amiga!
del encuentro que? fue, simplemente maravilloso....
a que fui? a buscar respuestas en mi interior, a buscarme a mi, a observarme yo y el mundo, yo y los otros, puedo funcionar?como? donde? que busco? y tantas otras preguntas mas, ej: me largo.......me muevo? me contacto con el otro? le doy? recibo? gozo? y si!....tambien lloro, lloramos todos abrazados, caray!
el lugar? hermoso en medio de sierras bajas, cascadas, arroyo "del Durazno"...la atencion? sencillamente inmejorable!
la gente? una multiplicidad de rostros, colores de piel, cabellos, como ese ventiluz ubicado en distintos lugares de la estancia, con forma de........"Maguen David", sí, pero con multiples aristas, puntas, vertices, como somos todos, multiplicidad en las diferencias y las sintonias, porque creo que todos, Todos, buscabamos en nuestro interior estabamos sin contacto con el resto del mundo, sin internet, sin telefono, pero tan dentro de nosotros mismos!!!!! que bueno fue todo
y..........como olvidarme de mi casa, mi...mi...mis amigos....mi amiga PTT muchas veces dejada de lado, la que se interesó por ubicarme que ropa, que musica, ah!!!!! que musica llevar para que?......pues para danzar!!!!!...cada uno su musica...que nervios!!!!!
como fue? el sabado a la noche, ya estabamos en "Shabat", ese templo de la danza, esas entradas de luz, pese al nacimiento de la noche, ese piso magnifico de madera lustrosa y suave...suave....para elongar, elongar...... extender, extender, brazos, piernas,..... elevar la mirada por el ventiluz......sentir esa estrella de aristas multiples y querer buscar el interior de uno mismo, sentir las lagrimas corriendo por las mejillas y fundirse en el roce de la mano del otro, su abrazo y tambien, fundir mis lagrimas con sus lagrimas .......
caminamos, bailamos, cantamos mantras, visitamos gruta, cascada, arroyo, bebimos esa agua pura, ah!
con mi conocida lentejuela y poca a nula facilidad para caminar entre las piedras tuve un sequito de caballeros atentos......que bien me sentí !........y tal vez, que papelon!...que importa?.... para completar, la mano fuerte de Daniel, a quien apodé "Moises" sacandonos del desierto, con su cayado, dirigiendo el grupo, interesandose, cuidandome para que no metiera un pié en el agua.......ah que hermoso fue conocerte, gozar de tu amable compania Daniel-Moises.......- Deniel es el marido de Marisa,quien merece un capitulo aparte.....
Marisa: si, porque su dulzura, capacidad perceptiva, observacion, movimiento-danza que explica...explica y, sigue danzando, sin omitir una sonrisa plena, franca; que mujer espiritual, maravillosa, transparente y firme!; que bien me hizo tu mano sobre la mia, cuando trepabamos y me hablabas como una "leader", como una madraza que sabe como conducir a su rebaño, como formarlo!, como darle "pié" para que salga caminando por la vida!
no podria decir que "no me gustó", la cocinera, las mozas, en encargado, la perra Leah, todo fue casi perfecto, invitando a volver......
en esa ultiplicidad de rostros, cabellos, manos, abrazos y lagrimas, nos fundimos todos en casi tres dias a puro compartir experiencias tan fuertes como tan humanas
mi agradecimiento especial para Florencia, mi dulce y hermosa instructora de yoga, que queriendo sin querer, me condujo a adentrarme a un conocimiento menos superficial del yo intimo...al que voy accediendo sin el pudor del ridiculo, sin el temor de la mirada de os otros.....
mi agradecimiento especial para mi amiga PTT que pensó y se preocupó por mi como persona, como ser vestido y posible danzante, sugiriéndome la busqueda del tema musical, al que elegí por azar...por azar?.........tal vez......"Only Time" al que solo escuché un rato antes de partir de casa, lo elegí, nunca -nunca, lo habia bailado antes y cuando lo sentí en ese "templo de Terpsicore" me bulló la sangre
mi agradecimiento a la Madre Natura esencial y nutricia, a los ANCESTROS, al GEN originario, a los padres de mis padres, que pareció sentirse allì, en cada uno de nosotros, porque en Ongamira, en Puerta del Cielo, sentí re-nacer, re-ligar con esa otra persona que siento bullir dentro mio.Gracias a Marisa por la hermosa música que el azar quiso que me regalase a mí (en una suerte de “amigo invisible”) y que hoy disfruté danzando solita en mi casa del Delta. Ofrendé mi danza humilde y posible al sol, que se deslizaba hacia abajo, entre los árboles, pintando con luz de oro el río al atardecer; luego al cedro que ya luce las puntas de sus lindas ramas con el tinte rojo del incipiente otoño y, finalmente, al fuego que a lo lejos encendieron unos vecinos.
Este verano participé del encuentro de enero en Ongamira. Mi cuerpo y mi vida se dispusieron a volver a danzar desde entonces. Danzar la infancia y la adultez; las pérdidas y los hallazgos; los más insondables dolores y las inmensas alegrías que da el estar viva, amar y encontrarse con Otros y Otras,…
Estoy agradecida a mis compañeras de danza (dimos en juntarnos todas mujeres) en el valle y hoy, en la ciudad. Especialmente, agradezco a Marisa, nuestra maestra de danza y a Dan, ya que juntos dispusieron de ese lugar único por varios motivos. Un lugar que destila amor y entrega; por la delicadeza, el cuidado y la belleza del conjunto y de cada detalle.
Sobre el fuego, justamente, me inspiré para escribir un texto, recordando el encuentro en Ongamira. Si les gusta… se los regalo!.
Con amor, Adriana
Eso que puede ocurrir cuando las mujeres se juntan alrededor del fuego
Texto de Adriana Serulnikov (sobre la base del texto de una mujer uruguaya: Simone Seija Paseyro) e inspirado en un encuentro (inesperado) entre mujeres destinado a danzar mil y un ritmos, en el bellísimo Valle de Ongamira.
Desde siempre nos elegimos. Nos encontramos en los caminos de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan… y lo seguimos siendo. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos, esos cauces, tengo muy presente lo que de nosotros me atrae y cuánto de ese encuentro me da alas para disfrutar de otros encuentros con “ellos”.
Valientes, sensibles, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando, criándose a ellas mismas y a sus hombres pequeñitos y grandes. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna y disfrutadotas de canciones y películas de amor.
Cambiamos a través de los tiempos. Tiempos que siempre parecen ser difíciles. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos y odiamos. Fuimos y somos amadas. Aprendimos a decir “no” con dificultad y a entregarnos al “si” con alma y cuerpo. Nos hicimos lugar en un mundo de hombres, en las artes, las ciencias, los negocios, los trabajos sociales.
Cuidamos y en el mejor de los casos, nos dejamos cuidar. Buscamos y encontramos el modo de cuidarnos para no envejecer en lo inútil y para, al mismo tiempo, aceptar las marcas de la vida vivida. Algunas resistimos a convertirnos en objeto de consumo y de abusos variopintos. Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos, decidimos vivir solas, ser madres o no.
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza para seguir amando la vida. Bailamos con hombres para enamorarnos y desamorarnos. Danzamos con nuestras hijas e hijos para enseñarles a caminar y con ellos aprendimos a vivir y por ellos, además, a comprender que la muerte está ahí, esperándonos pacientemente.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo; noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor con pasión y cuando correspondió, también dimos batalla. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces… los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar. Miradas superpuestas con otras de abuelas y bisabuelas eternas. La mirada que nos dice que no importa qué edad tengamos porque se puede ser joven o vieja en cualquier momento de la vida, incluso en las pocas horas de un mismo día.
En ocasiones somos más sabias, más bellas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes que nuestros “hermanos” varones. Pero lo somos porque ellos están ahí y también logran sabiduría, belleza, plenitud y otras virtudes, porque nos tienen… y cuando hay encuentro de igual a igual, de singular a singular, lo masculino se alimenta y nutre, diferencia y funde con lo femenino; también, como en una poción mágica.
Cuando las mujeres se juntan alrededor de un fuego nacen fuerzas, crecen magias y arden brasas que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen… Las mujeres alrededor del fuego dan a luz, entierran y hacen el duelo, rezongan, se conduelen y se permiten emitir gritos y carcajadas que vienen resonando desde tiempos remotos y desconocidos.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las escapadas de vacaciones, el patio de un colegio, el galponcito que alojó los juegos de infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita, ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de otras.
Ese fuego puede también acontecer en aquellos días robados a nuestros líos cotidianos para encontrarnos a danzar, a trabajar nuestros temas, a recrear maravillas y otras cuestiones. Encuentros en el mar, en el río, o en las sierras o en un rincón escondido y a salvo de los desmadres de una ciudad. Días que nunca se borrarán de nuestra memoria. En los encuentros junto al fuego somos una y somos todas espejando unas en otras un pedacito del alma o el alma en pleno.
Porque eso que puede ocurrir cuando las mujeres se juntan alrededor del fuego, eso que deciden avivar con su presencia, es sin duda una gran fiesta, un aquelarre, constituye un misterio, crea poder verdadero frente a una luna llenísima y puede generar una tormenta necesaria. Eso es caos y es armonía.
Ojalá no perdamos nunca la oportunidad de danzar libremente entre mujeres nuestras penas y alegrías, grandezas y miserias,… Es emocionante vernos reflejadas en esa danza y en las danzas cotidianas. Ojalá logremos no dejar pasar nunca la ocasión de “un fuego” entre mujeres.
Es mi deseo danzado en palabras para todas las brasas (y las muchas abrazadas) de mi vida: las que arden en mi corazón desde hace tanto, y las que recién se suman a este fogón que es apenas chispa de otros fogones y de un fuego eterno. También es mi agradecimiento.
Adriana
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“Con todo, el cuerpo.”
5 de mayo de 2010
Ximena
Avanza la danza en mi, fluye y me envuelve,
me encuentra y me honra y se me expande el alma en cada clase...
con todo lo que trae y me deja y se lleva y me limpia y me concientiza y me permite,
la entrega, el desenfreno, el amor y la luz y los remolinos y los torbellinos y la belleza y lo que no queda bien,
y lo que cuenta es lo que sale y eso vale,
lo que se expresa, lo que se tramita y se traduce en el cuerpo,
gran envase que es todo, todo lo que somos, nuestro cuerpo, nuestros ritmos y pasajes y paisajes y rincones,
nuestros cruces y sus choques, sus desvíos, amoríos y atajos, todo en uno,
el cuerpo, uno que es todo y forma parte y conecta partes de uno y del todo en uno...
¡¡¡Cuerpo, cuerpo, cuerpo, cuánto cuerpo cuánto, cuánto, cuántooooo!!!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vivencias de Los ritmos de la naturaleza 9,10 y 11 de Julio en Ongamira, Córdoba
Sofía G.
Hola, son las 7 am del lunes 12, recien llego de Ongamira, Salon Vip de Retiro, atrae quedarse un rato mas acá, no sabia que existia este lugar, gracias a una copañera de este encuentro-taller- a la que ya siento como mi amiga!
del encuentro que? fue, simplemente maravilloso....
a que fui? a buscar respuestas en mi interior, a buscarme a mi, a observarme yo y el mundo, yo y los otros, puedo funcionar?como? donde? que busco? y tantas otras preguntas mas, ej: me largo.......me muevo? me contacto con el otro? le doy? recibo? gozo? y si!....tambien lloro, lloramos todos abrazados, caray!
el lugar? hermoso en medio de sierras bajas, cascadas, arroyo "del Durazno"...la atencion? sencillamente inmejorable!
la gente? una multiplicidad de rostros, colores de piel, cabellos, como ese ventiluz ubicado en distintos lugares de la estancia, con forma de........"Maguen David", sí, pero con multiples aristas, puntas, vertices, como somos todos, multiplicidad en las diferencias y las sintonias, porque creo que todos, Todos, buscabamos en nuestro interior estabamos sin contacto con el resto del mundo, sin internet, sin telefono, pero tan dentro de nosotros mismos!!!!! que bueno fue todo
y..........como olvidarme de mi casa, mi...mi...mis amigos....mi amiga PTT muchas veces dejada de lado, la que se interesó por ubicarme que ropa, que musica, ah!!!!! que musica llevar para que?......pues para danzar!!!!!...cada uno su musica...que nervios!!!!!
como fue? el sabado a la noche, ya estabamos en "Shabat", ese templo de la danza, esas entradas de luz, pese al nacimiento de la noche, ese piso magnifico de madera lustrosa y suave...suave....para elongar, elongar...... extender, extender, brazos, piernas,..... elevar la mirada por el ventiluz......sentir esa estrella de aristas multiples y querer buscar el interior de uno mismo, sentir las lagrimas corriendo por las mejillas y fundirse en el roce de la mano del otro, su abrazo y tambien, fundir mis lagrimas con sus lagrimas .......
caminamos, bailamos, cantamos mantras, visitamos gruta, cascada, arroyo, bebimos esa agua pura, ah!
con mi conocida lentejuela y poca a nula facilidad para caminar entre las piedras tuve un sequito de caballeros atentos......que bien me sentí !........y tal vez, que papelon!...que importa?.... para completar, la mano fuerte de Daniel, a quien apodé "Moises" sacandonos del desierto, con su cayado, dirigiendo el grupo, interesandose, cuidandome para que no metiera un pié en el agua.......ah que hermoso fue conocerte, gozar de tu amable compania Daniel-Moises.......- Deniel es el marido de Marisa,quien merece un capitulo aparte.....
Marisa: si, porque su dulzura, capacidad perceptiva, observacion, movimiento-danza que explica...explica y, sigue danzando, sin omitir una sonrisa plena, franca; que mujer espiritual, maravillosa, transparente y firme!; que bien me hizo tu mano sobre la mia, cuando trepabamos y me hablabas como una "leader", como una madraza que sabe como conducir a su rebaño, como formarlo!, como darle "pié" para que salga caminando por la vida!
no podria decir que "no me gustó", la cocinera, las mozas, en encargado, la perra Leah, todo fue casi perfecto, invitando a volver......
en esa ultiplicidad de rostros, cabellos, manos, abrazos y lagrimas, nos fundimos todos en casi tres dias a puro compartir experiencias tan fuertes como tan humanas
mi agradecimiento especial para Florencia, mi dulce y hermosa instructora de yoga, que queriendo sin querer, me condujo a adentrarme a un conocimiento menos superficial del yo intimo...al que voy accediendo sin el pudor del ridiculo, sin el temor de la mirada de os otros.....
mi agradecimiento especial para mi amiga PTT que pensó y se preocupó por mi como persona, como ser vestido y posible danzante, sugiriéndome la busqueda del tema musical, al que elegí por azar...por azar?.........tal vez......"Only Time" al que solo escuché un rato antes de partir de casa, lo elegí, nunca -nunca, lo habia bailado antes y cuando lo sentí en ese "templo de Terpsicore" me bulló la sangre
mi agradecimiento a la Madre Natura esencial y nutricia, a los ANCESTROS, al GEN originario, a los padres de mis padres, que pareció sentirse allì, en cada uno de nosotros, porque en Ongamira, en Puerta del Cielo, sentí re-nacer, re-ligar con esa otra persona que siento bullir dentro mio.Gracias a Marisa por la hermosa música que el azar quiso que me regalase a mí (en una suerte de “amigo invisible”) y que hoy disfruté danzando solita en mi casa del Delta. Ofrendé mi danza humilde y posible al sol, que se deslizaba hacia abajo, entre los árboles, pintando con luz de oro el río al atardecer; luego al cedro que ya luce las puntas de sus lindas ramas con el tinte rojo del incipiente otoño y, finalmente, al fuego que a lo lejos encendieron unos vecinos.